Somos efímeros de cuerpo pero nunca de espíritu. Somos como las nubes ,un instante ,a veces más largo, a veces más intenso, a veces tan grande que ocupamos el cielo entero. Somos una memoria poética, minimalista, enérgica. Pasamos y nos quedamos en los demás, en el aire, en la piel, en las imágenes, en el recuerdo de todos aquellos a los que alguna vez amamos, gritamos, sonreímos, acariciamos y es ahí en los instantes de esos recuerdos donde nuestro arte y espíritu se vuelve eterno.
Como el arte efímero del holandés Smilde que mediante partículas de agua mezcladas con pequeños cristales de hielo hace surgir de la nada nubes con una vida extremadamente breve, 10 segundos, pero inmensamente eterna.
Dedicado a la memoria de G.B , descansa en Paz.